Uno de los principales problemas del judo en México es la falta de creatividad de los dirigentes para dar el paso que permita el crecimiento en número de practicantes y como consecuencia, de la masividad salga la calidad. Nos hemos desarrollado como si fuera un club de amigos, en el que se teme la entrada de nuevos miembros, a la posible inserción de personas con capacidad que vayan a ser quienes influyan en los demás y les abran los ojos haciéndoles ver otras posibilidades, el cerrarnos ha traído como consecuencia el poco o nulo avance que hemos tenido en relación a otras artes marciales en el país y a otras federaciones de judo en la región y el continente. Sin el ánimo de buscar culpables, más bien en la busca de soluciones que nos permitan romper el círculo vicioso en el que nos hemos metido, en el que los dirigentes en lugar de trabajar y ser creativos, simplemente se dejan ir con la inercia, recurriendo a la pobre evolución del pasado y se repiten los hechos, cuando llega alguien con ideas diferentes, se le combate, se le desprestigia por atentar en contra de la comodidad en que se encuentra la dirigencia en turno. Se nos ha hecho costumbre el heredar las posiciones de mando al más servil, relegando a los verdaderos talentos que son quienes nos pudieran ayudar a resolver la problemática que hemos generado en el tiempo. Las cosas han llegado a tal grado, que en la actualidad si hojeamos cualquier revista de artes marciales, judo jamás aparece, si hablamos con gente común, confunden judo con cualquier otra arte marcial, en pocas palabras judo es un deporte que se practica en círculos pequeños, como pequeño es nuestro desempeño como arte marcial y como deporte. Nos hemos apartado de la evolución natural de cualquier actividad, inventando historias de sucesos del pasado, creando falsos ídolos que jamás han existido, hacemos honores a grandes maestros que nunca han tenido un resultado significativo, comentamos de acontecimientos que se dan a nivel internacional, cuando solo somos parte del montón que necesitan los dirigentes mundiales para poderse erigir como mandatarios, por desgracia nada de eso trasciende fuera del circulo del judo, los hechos se convierten en chisme en lugar de ser noticia. Los torneos, son la simple repetición de hechos, con pequeñas variantes, los competidores se eternizan como campeones por falta de competencia, los árbitros se repiten y se reciclan por la misma situación, entrenadores improvisados y eternos dirigentes sin preparación deportiva ni académica, una combinación que a nada nos puede llevar. Llego el momento de hacer conciencia, dejar la comodidad y emprender un cambio de actitud que nos permita empezar a evolucionar. UCHI MATA
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